Destruction is a form of creation.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Fade to black.


Life it seems will fade away
Drifting further every day
Getting lost within myself
Nothing matters, no one else

I have lost the will to live
Simply nothing more to give
There is nothing more for me
Need the end to set me free

Things not what they used to be
Missing one inside of me
Deathly lost, this can't be real
Cannot stand this hell I feel

Emptiness is filling me
To the point of agony
Growing darkness taking dawn
I was me but now he's gone

No one but me can save myself
But it's too late
Now I can't think
Think why I should even try

Yesterday seems as though
It never existed
Death greets me warm
Now I will just say goodbye

lunes, 24 de noviembre de 2014

Noviembre.

Cuando el miedo me habló de ti, recuerdo que mencionó que arreglabas las cosas con las manos.


Yo lo entendí como una frase hecha, luego me senté en el sofá. Agarré una cerveza y luego un par más.



Apuré tres o cuatro cigarros y luego empecé a tener sueño.



Me quedé colgada con la música de fondo y la tristeza aparcada. Pensé en ti y había mas de cinco motivos. Pensé con la mano levantada.



Hice un índice de nuestro cuento que me hizo levantar el pulgar, simular que todo estaba bien. Volví a anular todos los recuerdos y lo hice de todo corazón.



Nosotros seguíamos paseando en mi cabeza, agarrados como idiotas de los meñiques.



Cuando la nostalgia me habló de ti, el miedo no paraba de hacerlo. Y recuerdo que ella escuchaba y no le sorprendía nada mi cara de imbecil al mostrar el resultado de tu inversión en mis noches.



No le sorprendía que hubiese llegado el invierno en agosto a mis paredes ni que aprendiese a llorar.

Y todo eso sin atajos emocionales, solo con tu sonrisa.


Sólo entre tus carcajadas llegaba noviembre, y tú te olvidabas de reir y yo no paraba de llorar.



Y el miedo seguía hablando de ti y las estaciones seguían hablando de mi.



El tiempo me seguía hablando de lo nuestro. Y yo no pasaba las hojas del calendario, como el que no pasa página por si se corta.



Me escondí en noviembre, sin darme cuenta de que tu empezabas mayo.

Di un salto y tiré el reloj.

Cayeron las hojas al suelo, se rompieron nuestros minutos. Se deshizo el miedo que tejimos y empezamos a cosernos el corazón.


No supe adaptarme a tu rabia, ni tu rabia a mis domingos. Te olvidé en la boca del metro.



Como se olvida lo que se cree un error.



Me eché a dormir un par de años. Al despertar la nostalgia me volvió a hablar de ti.



Y entre más cervezas, cigarros y tormentas me recordó que, si hay algo mas duro que tenerte cerca, es la triste estabilidad de sentirte lejos.




martes, 18 de noviembre de 2014

Mientras yo escribo sobre ti, tu piensas en escribirme.

Los buenos días se dan cuando acaban

La gente da los buenos días nada más despertarse. Son las seis y veintidós. Todavía no ha salido el sol.

No puedo darte los buenos días porque claro, no me fio de las predicciones a estas horas.

Pero; hola, todavía no ha salido el sol y me acuerdo de ti.

No te debes haber acostado hace mucho, pero ojalá lo hayas hecho solo. O al menos pensando en mí.

Estoy desayunando en la ventana. Me encantaría que ahora mismo necesitaras cualquier cosa, solo para que me llamaras y oírte. Me estoy haciendo mayor, o gilipollas, no lo sé.
El caso es que estoy mucho mejor, ya no me duele la cabeza.

Me he levantado por si acaso tu también lo hacías y de esta forma te dolía menos madrugar. Pero claro, seguramente seguirás dormido.

He bebido té para quince y tengo la fuerza de miles. Joder estoy contenta. Que pase algo pronto o esto podría ser permanente ¿Te imaginas? Yo feliz. Sería como volcar el mundo y esnifarme lo que queda. De locos. Como tú.

Hoy no se si tendré el valor para verte; pero que pronto nos veremos estoy segura.

Me voy a poner a leer cuentos de García Márquez apoyando las piernas sobre la ventana. Que entre el aire y me lave la cara. Y que el té me haga olvidar no beberte, por lo menos esta mañana.

Espero que las cosas bien y que a ti no te duela la cabeza; y todo eso que se dice, pero no se piensa.

Me he hecho una foto preciosa viendo como se ponía cachondo perdido el sol y he jurado que me mirabas.

Voy a enmarcarla sobre la cama para que no parezca que se nos olvide que hemos perdido el miedo a que amanezca. A que nos suban la persiana de cualquier antro.

Y bueno, nada más.

Dime "Hola" lo más pronto que puedas.

Un abrazo.
Con lengua.
O con literatura.
Con lo que tu prefieras.
Ojalá conmigo.

sábado, 13 de septiembre de 2014

¿Yo no debería estar estudiando?

Hace tanto tiempo que no escribo, que no creo que me cueste escribir esto.
Rompo la perfección de las 400 entradas en el blog con una reflexión bíblica, o también llamada, tochaco intragable. Podría decir que no me importa quien lo lea, ya que lo escribo por propia satisfacción, pero me equivocaría, ya que si lo plasmo por aquí es porque quiero que alguien lo lea. Y pensar que nos considerábamos unas chicas con el corazón roto y nos tuvimos que poner "rompecorazones"... En fin, cosas de la infancia, qué se le va a hacer...
Quizá la forma de empezar este texto no sea la adecuada, ya que no es fácil decir de uno mismo que tiene el síndrome de Peter Pan, una idea que llegó a los oídos de mis padres y a los míos propios pero que nunca he entendido. Y lo más propio sería decir que todavía no la he llegado a entender, pero al menos la puedo razonar. Veo por dónde van los tiros y veo que no se alejan mucho de la realidad. Quizá antes podía tomármelo como una tontería de niños, pero no es para nada una chiquillada, es más serio de lo que podría imaginar. Tengo la esperanza de que solo quede en una tontería, pero mi madre siempre me lo ha nombrado refiriéndose a mi miedo a crecer y hacerme mayor. Para colmo, solo forma parte de las miles de fobias que tengo, y la más ligada al miedo a crecer es el miedo a la muerte. Podría hablar sobre esto más detalladamente, pero no lo haré, no quiero soltar una paranoia propia de Don DeLillo más que nada porque la primera que lo pasa mal luego soy yo. Tampoco quiero ponerme a contar cada una de mis fobias, no es algo de lo que me enorgullezca. ¿Quién desearía tener más debilidades y dificultades que las mismas que da la vida? En fin, qué le vamos a hacer...
Pero no todo son llantos y malos momentos, he tenido la suerte de tener muchos momentos preciosos e inmejorables, y eso que no he vivido ni la mitad de una vida. He recibido piropos y halagos desde que he sido una cría, y no es al físico a lo que me refiero. Quizá cada uno de ellos ha llenado el «saco del egocentrismo» que creía inexistente. Y aunque me halla pasado la vida defendiendo que soy una persona buena, que se preocupa por todos, que es generosa y que le importan los demás por encima de ella, me he dado cuenta (y ya era hora) de que yo no soy así. Es cierto que me importan las personas y las valoro, joer, no soy un monstruo, pero no puedo negar ser egoísta, celosa y egocéntrica muchas veces, más de las que me gustaría a mí. Yo no quiero que me miren a la cara pensando que intento ser una persona perfecta, tengo muchos defectos y ellos me han hecho como soy. Y ahora me alegro, me alegro que haya pasado esa época de autoengaño. En verdad he intentado mejorar mi forma de ser, pero me es difícil y sigo en ello. También soy demasiado llorona, demasiado sensible y obsesiva, le doy demasiada importancia a todo. Qué le vamos a hacer...
Es bonito, ¿verdad? Saber lo que uno es. Aunque más bonito es que te quieran aún sabiéndolo. Hace unos años que tengo pareja, lo cual parece increíble. Otra de las etiquetas que me puse de pequeña es "solitaria" y ahora no puedo soportar el peso de esas palabras en los hombros. Puede que sea asocial, que no me guste el contacto físico, que no quiera ser el centro de atención, que sea callada... pero ¿con todos? Dicen que «la excepción confirma la regla», y es una verdad como un templo. Y es que parezco otra persona distinta con las personas que amo. Es lo que más valoro de la madurez: saber valorar lo que tienes. Tengo una familia maravillosa y puedo decir que soy totalmente dependiente de ellos. Que si no estoy con ellos me siento solísima y que no puedo soportar la sensación de estar sola. La dependencia es un rollo, en verdad, pero qué le vamos a hacer... Desde luego yo no he elegido esto.
Al igual que yo no he elegido vivir a 400 km de la persona que amo y vernos 1 vez al mes o a los dos meses. Bueno, en verdad elegí irme a estudiar a Madrid, pero quiso el destino o lo que quiera que sea que nos enamorásemos a pesar de las dificultades. Y merecen la pena, de verdad, merecen mucho la pena. Aunque por un lado me de miedo el futuro, crecer, envejecer y morir, estoy deseando que pase este presente/futuro cercano para no tener ya más la excusa de la distancia, que es un rollo, de verdad.  Y es que no hay persona que más me importe. Lamentablemente, mi vida ya no gira en torno a mí, es lo malo de ser una persona dependiente y que necesita amor de quien ella ama. Lo cual hace más martirio mi etapa universitaria solita por los Madriles, aguantando como una campeona las ganas de verle. (Lo de campeona es discutible) Pero es que vaya envidia que me da la gente que está junta siempre, nadie se puede hacer una idea. Cuando en el futuro yo vaya dando envidia ya lloraréis, qué se le va a hacer.
Jo, que sola me siento. He de admitir que si me he puesto a escribir esto es porque me siento sola. ¿Qué mejor forma de no sentirte sola que hablarte a ti misma? El caso es que quería contar muchas más cosas, pero se me han olvidado la mayoría. (Gracias, Darnu ¬¬)También tengo muchas mariposas en el estómago y muchos pájaros en la cabeza. Ains, es que una no puede dejar de estar enamorada en todo el día, qué se le va a hacer...

Y es que tengo tanto que agradecer, que me podría tirar una vida entera.

martes, 29 de abril de 2014

"Le vent se lève, il faut tenter de vivre"



En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas. Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia similar para las dos partes afectadas. Hay el amante y hay el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento le hace sufrir. No le queda más que una salida, alojar su amor en su corazón del mejor modo posible; tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente. Permítasenos añadir que este amante no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda; puede ser un hombre, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la tierra.

Y el amado puede presentarse bajo cualquier forma. Las personas más inesperadas pueden ser un estímulo para el amor. Se da por ejemplo el caso de un hombre que es ya abuelo que chochea, pero sigue enamorado de una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles de Cheehaw, hace veinte años. Un predicador puede estar enamorado de una perdida. El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado; y el amante ve sus defectos como todo el mundo, pero su amor no se altera lo más mínimo por eso. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es sólo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor.

Por esta razón, la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. Y la verdad es que, en el fondo, el convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos. El amado teme y odia al amante, y con razón: pues el amante está siempre queriendo desnudar a su amado. El amante fuerza la relación con el amado, aunque esta experiencia no le cause más que dolor.

domingo, 9 de marzo de 2014

Siento como si hubiese amado a alguien alguna vez, pero quizá todo eso fue solamente mi imaginación.


"No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe...

 No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma.

No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.

No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.

No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa..."



Gracias a Martha Rivera Garrido

viernes, 29 de noviembre de 2013

Mockingjay.

A veces pienso que estoy mejor sola. Me gusta estar sola. Cuando salgo sólo renuevo la ansia por estar sin gente, porque hay muchas cosas que no aguanto de los demás. Actitudes infantiles. Quejas. Críticas a externos. Egocentrismo y comportamientos desquiciantes. Lo que más me molesta es que haya gente que no me conozca cuando debería conocerme, el que no sepan leer mis expresiones. Y todo eso me cansa, porque es estúpido. Pero no me gusta sentirme sola, solo estarlo. Y como soy un ser social, no puedo estar sola todo el tiempo. Por eso tengo amigos; porque me llenan y les aprecio. El aprecio a veces es una verdadera cruz cuando no aguantas muchas cosas de algunas personas, pero como las quieres no te alejas. ¿No consiste una relación en eso? ¿En aceptarlo todo? Pero luego me invade la misantropía y no quiero salir en una semana. Pero querer nunca será malo, todo lo que se hace por amor se hace más allá del bien y del mal, decía Nietzsche. Nunca podré estar verdaderamente sola sólo por mi naturaleza, y cómo le pegaría una patada en la espinilla a ésta. Es porque busco ser muy feliz que socializo. Porque los demás me hacen feliz, el simple hecho de hacerles sonreír me alegra. El afecto recíproco es muy bonito (una hoguera en mitad de la noche) y también ayudar a los demás. Supongo que es un proceso cíclico, el estar sola --> querer socializar --> estar con los demás --> querer salir --> salir --> querer estar sola --> estar sola. Todo tiene lugar de forma muy efímera, apenas unas horas, unos días. Una y otra vez, una y otra vez. Qué cansancio.